Bueno, bueno, bueno…
Tras tres semanas de estar aquí, ya instalados en Managua y
con el proyecto que va avanzando por buen camino, decidimos tomarnos unos días
de desconexión de la capital. El viernes fue un día especial, ya que el sábado
fue 19 DE JULIO, día de la revolución, donde este año celebraban los 35 años del
fin de la dictadura. Es un día festivo en todo el país, se celebra en Managua (Daniel
Ortega y la Chayo – presidente y
primera dama - dan varios discursos, marchas y todo el mundo está en la calle)
y desde el viernes van llegando buses e intermortales (microbuses que van de una ciudad a otra, muy muy rápido, parando
cada 20m prácticamente, al que se suben una cantidad impensable de personas,
muy baratos, con el que has de ir con mucho cuidado al subir y al bajar porque
prácticamente no paran y donde hay un hombre que va gritando Masaya, Mayasa o Rivas, Rivas, Rivas
– dependiendo del destino- para avisar a
los nuevos pasajeros). Como es lógico, la ciudad se llena de gente, se colapsó desde el viernes y no hay ni un bus disponible que haga su ruta habitual. Así
pues, el viernes me lo dieron festivo (muchas empresas cierran ese día) y María
y Álvaro acabaron a medio día.
Para completar el Equipo NICA, esperamos a que llegaran los
jalapeños al mediodía (después de bajar de las montañas de Quilalí y 6 horas de bus sentados y 2h de pie). Un vez todos listos, unos
antes que otros (hay un par al que se le ha de dar más tiempo para que no se
olviden nada) nos pusimos en marcha. Y para no romper la racha que llevamos,
tuvimos problemas con el transporte… así que acabamos con una minivan 4x2 (aun
intentamos averiguar que intentaban decirnos con esto) dirección SAN JUAN DEL
SUR.
El trayecto la verdad es que muy interesante, nos permitió ver cómo es en verdad todo, cómo y en qué condiciones vive la gente. Mientras íbamos en el carro, veíamos muchos puestos de comida cerca de la carretera y paraditas con cosas artesanales. Es impactante y bonito a la vez.
(San Juan del Sur es
un pueblo marítimo que está cerca de Rivas, en la parte oeste del país, dando
al pacífico en el sur de Nicaragua llegando a la frontera con Costa Rica. Muy diferente
a todo lo que habíamos visto todos, más turístico, más americanos, más caro
pero con playas muy bonitas).
Llegamos a San Juan con la puesta de sol y el
#Nicagoldengate. En el hostal muy bien, original, gente
de todos lados, muy buen rollito. Sólo teníamos ganas de empezar con el
modo relax ON y así lo hicimos: toñitas, flor de caña, unos bailecitos en el
Iguana, un rato de chilling en la piscina del hostal. Resultado: une nuit parfaite!
Al día siguiente desayunamos/comimos y fuimos a Playa
Maderas. Como unos buenos nens petits fuimos a coger todas las olas que pudimos!
Fueron bastantes risas y muchas fotos, aunque al acabar el día nos quedamos
solo con la #gopobre y sin fotos. Un partidito de fútbol y un último baño solos
en el mar (el mar, el mar...). Luego volvimos a San Juan para cenar en algún sitio nuevo (acabamos
en el mismo que al mediodía).
Madrugón el domingo para hacer cola y comprar entradas para el
Sunday Funday al que finalmente no fuimos. Cambiamos de opinión en el último
momento y nos fuimos a Playa Marsella, donde llegamos y no había nadie (quizás
el excesivo viento era una razón). A pesar de ir todos despeinados y rebozados
de arena, nos bañamos y disfrutamos del momento. Para variar – y para qué
jugárnosla - volvimos al mismo restaurante para comer y pedimos lo de siempre.
Por la tarde, con la barriga llena, dos CD’s nuevos y mucho Romeo Santos nos
dirigimos a Playa del Coco. Donde pasamos el resto de la tarde metidos en el
agua, agarrando olas, tragando agua y cogiendo colorcito.
Un fin de semana de desconexión, de muchas risas y de muy buena
compañía. Hoy todos muy cansados pero, personalmente, me ha ayudado para coger
fuerzas para esta semana y poder disfrutarla – aunque el café sea necesario.
Bueno melones, ánimos para esta semana.
Con cariño,
Inés
No hay comentarios:
Publicar un comentario