Una
vez superado el jet lag y ya con varias anécdotas y experiencias a la espalda
llega la hora de trabajar. El Lunes, empezamos el día con una charla sobre la
historia de Nicaragua y a continuación, cada uno se reunió con sus respectivas contrapartes
para empezar a trabajar ya con el proyecto asignado.
Hoy,
2 días más tarde, ya llegan las primeras reflexiones. Y es que hoy, me siento
afortunada.
Afortunada, por tener la oportunidad de tomar parte en este proyecto tan especial y
gratificante.
Afortunada, por poder compartir 2 meses con todas estas personas tan enriquecedoras que no
dejan de sorprenderme.
Y
sobretodo, afortunada, por haber nacido en un país donde pese a todas las
quejas, la gente, por lo menos, tiene el DERECHO a quejarse.
Y es
que hoy, creo haberme llevado el primero (de los muchos que me quedan)
encontronazo con la realidad. Dos horas. LAS dos horas de mi día. Después de
una mañana y media tarde leyendo documentos, leyes, buceando entre excels y documentándome
a cerca de la sanidad en Nicaragua, me estampo, cuesta abajo y sin frenos, con la
cruda realidad.
El
proyecto que Álvaro y yo desarrollamos está relacionado con el sector sanitario
y más en concreto con la Venta Social de Medicamentos. Para contextualizar un
poco el proyecto, el Instituto Juan XXIII se encarga de facilitar el acceso a
la sanidad a todas aquellas personas que no tienen los medios suficientes para
comprar medicamentos esenciales, y facilita el acceso a éstos a un precio
inferior al del mercado. Con una red de 102 VSM y una cobertura de más de 300.000
personas, además del suministro de medicamentos a un costo menor, también
imparten atención médico-itinerante gratuita, ofrecen formaciones públicas y
asesoran y capacitan al personal de las distintas VSM. A día de hoy, todos los
servicios que difieren del suministro de medicamentos están subvencionados en
gran medida por Manos Unidas, ya que son servicios destinados a educar y
concienciar a la población, y es que ese es precisamente el mayor propósito de
esta organización, no tanto curar, que también, sino prevenir, educar y
concienciar. Nuestro proyecto, pretende culminar con la sostenibilidad del
Instituto, de manera que si algún día dejase de tener el soporte de organismos
internacionales, éste pudiese continuar ejerciendo su gran labor social.
Siguiendo
con mi accidente.
Por
la tarde, he decidido ir a preguntar a los distintos trabajadores, un poco de
todo, para familiarizarme con el sector, los medicamentos, la sociedad y los
problemas e inconvenientes con los que me puedo encontrar en este ámbito. Y
entonces, he tenido la suerte de sentarme a hablar con el Doctor Mendoza. ESAS dos horas. Un hombre
admirable, nica de nacimiento, educado en México y uno de los grandes
impulsores de este proyecto social. Creo haber asistido a la mejor clase
magistral sobre medicina, historia, cultura, sociedad y realidad de Nicaragua, jamás impartida.
LA CLASE:
Como
he comentado, para familiarizarme con la sociedad y el sector he ido a
preguntarle sobre algo que el día anterior me llamó la atención: ¿por qué la
gente no está dispuesta a pagar por el servicio de asistencia médica itinerante
(20 córdobas = 0,5 euros), si solo desplazarse hasta cualquier otro médico ya
les es más caro?
Yo,
como graduada en Administración y Dirección de Empresas y con el objetivo de
hacer esta institución sostenible sin la ayuda de otros Organismos
Internacionales, he intentado buscar otras alternativas para generar ingresos
más allá de la gestión de los márgenes de los medicamentos.
Tras
su clase magistral lo he entendido todo.
Lo
pequeño y en ciertas zonas despoblado que es Nicaragua. La gran
analfabetización, desnutrición infantil, violencia de género. Corrupción,
intereses políticos. Falta de recursos. Impotencia. La historia. Y sobretodo, cómo ésta a determinado la situación actual del país en todos sus niveles. Pero
sobretodo, la falta de educación sanitaria, y es que, si un niño no sabe lo que
es un cepillo de dientes, y más aun, si tampoco tiene acceso a uno, ¿cómo va
pues a cepillarse los dientes?. Resultado: pierde la dentadura.
Luego
ha venido el momento más duro: Las imágenes. Imágenes de sus consultas a las
comunidades más pobres del país. Esas visitas por las que yo pretendía que
pagasen 20 córdobas. Visitas realizadas bajo un techo con cuatro palos y un
banco de piedra. Otras mucho más lujosas en la parroquia de la comunidad, donde
las sillas se acumulan para tapar al paciente y dar un poco de intimidad. No
hay que olvidar, que todos somos personas. Visitas a niños con tumores, personas
con parálisis, excemas, lepra, personas con enfermedades que allá de dónde yo
vengo, probablemente ni existan. Y es que todas esas personas han caminado
durante 4 horas desde sus "casas" para poder tener esa
consulta gratuita, algunos de ellos, se han visitado previamente, con algún
brujo, otros con algún "médico", que más que ayudar, ha empeorado sus
heridas. Y esa, esa es la cruda realidad.
Después
de 4 años de carrera, orientados a "tener beneficios", me encuentro
con que la única razón de ser de esta institución es "dar beneficios".
Y es que, este proyecto, se encuentra en esa delgada y fina línea que une, no
distancia, sino UNE, lo empresarial con lo personal. Y ahí, precisamente, a esa delgada
y fina línea, es dónde debemos llegar Álvaro y yo. Adaptándonos a sus recursos, pero
sobretodo, a sus necesidades, e intentando dar lo mejor de nosotros mismos. Y
para bien o para mal, creo que al final, quiénes más se van a llevar de todo
esto, somos nosotros.
Por
último, hoy me permito el lujo de dar un consejo; A todos mis compañeros, que
se encuentran o se van a encontrar en esta situación, no olvidemos que somos
empresarios, otros abogados, pero sobretodo, no olvidemos, que somos personas.
Sin
más dilaciones, y sintiéndome afortunada y feliz de estar aquí, me despido con
un fuerte abrazo.
Con
cariño,
María.
Me has dejado sin palabras Maria... Sin palabras.
ResponderEliminarEl verano pasado estuve en Nicaragua, y sin duda la mejor experiencia de mi vida. Espero que siga habiendo gente como tú, con ganas de aportar su granito de arroz, por más pequeño que sea, con ganas de intentar cambiar el rumbo de las cosas. Me parece precioso lo que estáis haciendo. Ojalá vuestros esfuerzos lleguen a buen puerto! Mucha, mucha suerte en vuestro viaje! (cuidado que a los nicas les encantan las "mujeronas chelitas" jaja).
¡Estoy impaciente por conocer como avanza vuestro proyecto y todas vuestras experiencias! No sabes las ganas que tengo de participar en el SUD...
Un beso muy fuerte "maee"
Blanca Agusti